VERTICAL ROLL (Joan Jonas)
- Alexandra Pedraza
- 22 nov 2014
- 2 Min. de lectura
El video como medio maleable ofrece campos infinitos de acción respecto a la forma en la que se presentan las ideas a trabajar teniendo en cuenta la temporalidad y las características tales como el sonido y la interacción de este con la imagen. Frente a esta realidad, el artista debe pensar en la forma más acertada para lograr el efecto deseado en el espectador, valiéndose entonces de las nociones sensitivas del audio y la imagen como vehículos de una idea. La pregunta que surge a partir de estas premisas es, ¿De qué manera puede un artista, en el campo audiovisual, persuadir y obtener las sensaciones que, respecto al planteamiento inicial, lleven a una posterior reflexión a partir de lo visto?
Es difícil encontrar un punto exacto entre la sensación, el producto final y la idea que se desenvuelve, así como lograr que, dentro de una ficción, el espectador interactúe psicológicamente con lo que observa. En el caso de “Vertical Roll” de Joan Jonas, la interacción es casi que inmediata; el impacto que tiene la recepción de un video que, ante un efecto análogo, se fragmenta y dificulta la percepción de las imágenes, junto a un constante sonido hace que no logremos enfocarnos en comprender lo que ocurre narrativamente, logra un efecto directo en el espectador, logrando así que este termine, perturbado por el sonido y el golpe visual, y mentalmente con ciertas imágenes que son las que la autora deja por más tiempo y se quedan creando eco en el espectador.
De esta forma, Jonas logra crear un ambiente para la narrativa que quiere desarrollar a lo largo de su obra, logrando persuadir de una forma directa al espectador y obligándolo a tener la perspectiva que ella requiere para su creación. Ella utiliza el medio para obtener una respuesta directa de su receptor.[1]
En el texto de Rosalind Krauss, “Videoarte; La Estética del Narcisismo”, ella ubica a Vertical Roll como “…una grabación que supone una agresión física sobre el mecanismo del vídeo con el fin de liberarse de su influencia psicológica…” [2] Esta idea no permite concebir entonces como el impacto de esta agresión física al mecanismo del video si logra una influencia no solo sensorial, sino también psicológica. El video hace que en el espectador cale una imagen muy fuerte respecto a las diferentes perspectivas que tiene la mujer en su contemporaneidad y en su dimensión completa, y esta agresión puede ser interpretada como represión, sometimiento, todo dependiendo de la forma en la que el receptor concluya la serie de imágenes que nos muestra la autora, teniendo una relación directa la forma con el fondo en la cuestión psicológica del espectador.
El video de Joan Jonas representa no solo una fractura contra la linealidad del video sino también demuestra de una forma clara y directa como la intervención análoga logra de una forma muy acertada la persuasión del espectador hacia la sensación que se quiere obtener.
[1] MCLUHAN, Marshall, El Medio es el Masaje, Editorial Paidós,1988
[2] KRAUSS, Rosalind, Videoarte; La estética del Narcisismo
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